Apocalípsis 22: 1-5
Después el Ángel me mostró el río del agua de la vida, luciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la plaza de la ciudad, a uno y a otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que lleva doce frutos. Cada mes da su fruto, y las hojas del árbol son para la sanidad de las naciones. Y ya no habrá maldición alguna. El trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán. Verán su rostro, y su Nombre estará en sus frentes. Allí no habrá más noche. Y no necesitarán más luz de lámpara, ni luz del sol, porque el Señor Dios los alumbrará. Y reinarán por los siglos de los siglos.
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