Historia de Rut - Parte # 3
Rut 2: 1 - 13
Noemí tenía un pariente de su esposo, hombre rico, de la familia de Elimélec, llamado Booz. Un día Rut la moabita dijo a Noemí: "Te ruego que me dejes ir al campo a espigar en pos del que me favorezca". Y ella respondió: "Ve, hija mía".
Fue, pues, y espigó en un campo en pos de los segadores. Y aconteció que el campo era de Booz, de la familia de Elimélec. Más tarde Booz llegó de Belén, y dijo a los segadores: "El Eterno sea con vosotros". Y ellos respondieron: "El Eterno te bendiga".
Y Booz preguntó a su criado, el mayordomo de los segadores: "¿Quién es esa joven? El criado respondió:
"Es la joven moabita que volvió con Noemí de los campos de Moab. Me dijo: Te ruego que me dejes espigar y juntar tras los segadores entre las gavillas. Entró, pues, y ha estado desde la mañana hasta ahora, menos un poco que se detuvo en su casa".
Entonces Booz dijo a Rut: "Oye, hija mía, no vayas a espigar a otro campo, ni te apartes de aquí. Puedes quedar aquí con mis criadas. Mira bien el campo donde sieguen, y síguelas; porque yo he mandado a los criados que no te molesten. Y cuando tengas sed, ve a los vasos, y bebe del agua que sacan los criados ".
Entonces ella bajó su rostro, se inclinó a tierra, y le dijo: "¿Por qué he hallado gracia en tus ojos, para que te fijes en mí, que soy extranjera?" Respondió Booz: "Supe lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu esposo, y que has dejado a tus padres y la tierra donde naciste, para venir a un pueblo que no conocías. El Eterno recompense tu obra. Tu remuneración sea llena por el Eterno, Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte.
Ella respondió: "Señor mío, halle yo gracia ante tus ojos porque me has consolado. Has hablado al corazón de tu sierva, no siendo yo ni como una de tus criadas".