Santiago 1: 1-8
Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están esparcidas, salud. Hermanos mios, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, porque vosotros sabéis que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Pero tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. Si alguno necesita sabiduría, pídala a Dios, que da a todos generosamente, y sin reprochar. Y le será dada. Pero pida con fe, sin dudar; porque el que duda es semejante a la ola del mar, que es movida por el viento y echada de un lado a otro. No piense ese hombre que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.
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