martes, 1 de noviembre de 2011

La Palabra Diaria

Lucas 18: 9 - 14
Para algunos que se tenían por justos, y menospreciaban a los demás, les contó esta parábola:  Dos hombres subieron al templo a orar; uno fariseo, el otro publicano.
El fariseo oraba de pie consigo mismo, de esta manera: "Dios, te doy gracias, que no soy como los demás hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano. Ayuno dos veces a la semana, y doy el diezmo de todo lo que gano.
Pero el publicano quedando lejos, ni queria alzar los ojos al cielo, sino que golpeaba su pecho, diciendo: "Dios, ten compasión de mi que soy pecador". Os digo que éste descendió a su casa justificado, pero el otro no. Porque el que se enaltece será humillado; y el que se humilla, será enaltecido".

2 comentarios:

Anymorelia dijo...

Hola madrina que bellas palabras con mucho de razón, además la felicito por tan bella acción que realiza al abrigar a personas necesitadas es usted un rayito de sol en medio de esta oscuridad que esta envolviendo a la humanidad, le mando un abrazo y muchos besos.

Soledad Pérez dijo...

Hola amiga, gracias por tu visita!!!
Te ha quedado preiosa la labor, pero más preciosa es la labor que hiciste con ella.Mateo 25:40 Y el Rey les dirá: "En verdad les digo que cuanto hiciste a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hiciste."
Dios nos encuentre haciéndo su voluntad y humillados a sus plantas.
Bendiciones.