Lucas 8: 43 - 48
Una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, que había gastado en médicos cuanto tenía, y ninguno la había podido sanar, se acercó por detrás, y tocó el borde de su vestido. Y al instante se detuvo el flujo de sangre.
Entonces Jesús preguntó: "¿Quién me tocó?" Y como todos lo negaban, dijo Pedro y los que estaban con el: "Maestro, la gente te aprieta y oprime, y preguntas:
"¿Quién me tocó?"
Pero Jesús dijo: "Me ha tocado alguien, porque yo sentí que ha salido poder de mí".
Al verse descubierta, la mujer vino temblando, se postró ante él, y declaró ante todo el pueblo por qué lo había tocado, y cómo en el acto había quedado sana.
El le dijo: "Hija, tu fe te ha sanado. Vete en paz".
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