I Tesalonicenses 5: 1 - 11
Hermanos, acerca del tiempo y del momento, no necesitáis que os escriba. Porque vosotros sabéis bien, que el día del Señor vendrá como ladrón en la noche.
Cuando digan: "¡Paz y seguridad!", entonces vendrá sobre ellos repentina destrucción, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. Pero vosotros, hermanos, no estais en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como un ladrón.
Vosotros todos sois hijos de luz e hijos del día. No somos de la noche, ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás duermen, sino vigilemos y seamos sobrios. Porque los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan de noche se embriagan. Pero los que somos del día, somos sobrios, vistamos la coraza de la fe y del amor, y el yelmo de la esperanza de la salvación.
Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, quien murió por nosotros, para que, sea que velemos o durmamos, vivamos junto con él.
Por eso animaos y edificaos unos a otros, así como lo hacéis.
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