
Isaías 41: 1 - 10
"Callad ante mí, islas, y esfuércense los pueblos. Acérquense, y hablen. Reunámonos juntos a juicio. ¿Quién despertó a uno del oriente, lo llamó para que lo siguiera, entregó naciones ante él, lo hizo enseñorear de reyes, y los entregó a su espada como polvo, y a su arco como hojarascas arrebatadas?
Los siguió, pasó en paz por camino que sus pies nunca habían transitado. "¿Quién obró y ejecutó estó? ¿Quién llama las generaciones desde el principio? Yo, El Eterno, con el primero de ellos, y Yo mismo con el último". Las islas vieron, y temieron; los extremos de la tierra se espantaron, se congregaron, y vinieron.
Cada cual ayudó a su cercano, y a su hermano dijo: "Esfuérzate". El carpintero animó al platero, y el que alisa con martillo al que batía el yunque, diciendo, "Buena está la soldadura". Y lo afirmó con clavos, para que no se moviera.
Pero tú, Israel, eres mi siervo. Tú, Jacob, a quien Yo elegí, descendiente de Abrahán mi amigo. Te tomé de los extremos de la tierra, de sus principales te llamé, y te dije: "Tu eres mi siervo. te elegí, y no te deseché".
No temas, que Yo estoy contigo. No desmayes que Yo Soy tu Dios que te fortalezco. Siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.