Salmo 16
Guárdame, oh Dios, porque en ti me refugio. Dije al Eterno: ´Tú eres mi Señor. Fuera de ti no hay bien para mí". En los santos que están en la tierra, en los íntegros, está toda mi complacencia.
Se multiplicaran los dolores de los que sirven a otro dios. No ofreceré yo sus libaciones de sangre, ni en mis labios tomaré su nombre.
El Eterno Dios es la porción de mi herencia y de mi copa. Tú aseguras mi suerte. La línea divisoria me cayó en lugar agradable, y es hermosa la herencia que me ha tocado.
Alabaré al Eterno que me aconseja, aun de noche me enseña mi corazón. Al Eterno Dios he puesto siempre ante mí; porque está a mí diestra, no seré conmovido.
Por eso se alegra mi corazón, y se goza mi gloria. También mi cuerpo reposará seguro. Porque no me dejarás en el sepulcro, ni permitirás que tú Santo vea corrupción. Me mostrarás la senda de la vida. En tu presencia hay plenitud de gozo, delicias a tu diestra para siempre.
1 comentario:
OI DAMARIS!
adoro chegar em seu blog e ler suas mensagens através da palavra diária.
Que Deus continue te protejendo, sempre!
Mundixerus!
Tuka!
Publicar un comentario