I Pedro 3: 8 - 12
Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericodiosos, afables. No volváis mal por mal, ni maldición por maldición; al contrario, bendiciendo, pues habéis sido llamados a heredar bendición.
Porque: "El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua del mal, y sus labios no hablen engaño. Apártese del mal y haga el bien.
Busque la paz y sígala.
Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones.
Pero el rostro del Señor está contra los que hacen el mal.
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