Hebreos 10: 11 - 18
Todo sacerdote ministra cada día y ofrece muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados.
Pero Cristo, habiendo ofrecido por los pecados un solo sacrificio, se sentó para siempre, a la diestra de Dios. Desde entonces está esperando que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies.Porque con una sola ofrenda, Cristo llevó a la perfección para siempre a los santificados.
También el Espíritu Santo atestigua: "Este es el pacto que haré con ellos, después de aquellos días -dice el Señor-. Pondré mis leyes en sus corazones, y las grabaré en sus mentes. Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgreciones".
Así, cuando los pecados han sido perdonados, no se necesitan más ofrendas por el pecado.
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