Efesios 6: 10-18
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza.
Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las artimañas de diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne; sino contra principados, contra potestades, contra dominadores de este mundo de tinieblas, contra espíritus de los aires. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, quedar firmes. Estad, pues firmes, ceñida vuestra cintura con la verdad, vestíos con la coraza de justicia, calzados los pies con la prontitud para dar el evangelio de paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos encendidos del maligno. Tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios. Y orad en el Espíritu, en todo tiempo, con toda oración y ruego, velando en ello con perseverancia y súplica por todos los santos.
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