Quiero compartir mi herencia contigo.
Cuando tenía 4 años de edad, asistía a una escuelita bíblica. La maestra organizó un desfile que llamó: La Parada de La Biblia.” La participación de los niños consistía de cánticos y llevar letreros con versículos escritos. Dos niñas encabezarían el desfile. Una llevaría la bandera que decía Biblia, y la otra llevaría la Biblia.
Yo me ilusione muchísimo porque quería ser la abanderada, pero llegué muy triste a la casa porque no me tocaba llevar la bandera. Mi madre llena de ternura me sentó en su falda y con su dulce voz me dijo:
“Mira Dámaris, piensa en esa bandera. Mírala aquí dentro de tu cabecita, en tu mente, mira bien, porque esa bandera es un pedazo de madera y un pedazo de papel. Ahora mira la Biblia, es la palabra de Dios. Tu vas a llevar en tus manos el tesoro de Dios. Llévala con alegría, con mucho cuidado y con amor.”
Mi madre me abrazó y me besó, sellando en mi sus palabras, las cuales nunca he olvidado. El día siguiente en el desfile, llevé la Bibia con alegria, con cuidado y amor porque llevaba el tesoro de Dios.
Al pasar el tiempo, todas las mañanas mientras mis hermanos y yo nos preparabamos para ir a la escuela, mi padre siempre nos leía la Biblia. En la tarde o la noche, mi padre siempre leía la Biblia.
La semilla, que mis padres sembraron en mi: Amar la Biblia, Leer la Biblia diariamente.
Foto del Desfile 1958
Yo me ilusione muchísimo porque quería ser la abanderada, pero llegué muy triste a la casa porque no me tocaba llevar la bandera. Mi madre llena de ternura me sentó en su falda y con su dulce voz me dijo:
“Mira Dámaris, piensa en esa bandera. Mírala aquí dentro de tu cabecita, en tu mente, mira bien, porque esa bandera es un pedazo de madera y un pedazo de papel. Ahora mira la Biblia, es la palabra de Dios. Tu vas a llevar en tus manos el tesoro de Dios. Llévala con alegría, con mucho cuidado y con amor.”
Mi madre me abrazó y me besó, sellando en mi sus palabras, las cuales nunca he olvidado. El día siguiente en el desfile, llevé la Bibia con alegria, con cuidado y amor porque llevaba el tesoro de Dios.
Al pasar el tiempo, todas las mañanas mientras mis hermanos y yo nos preparabamos para ir a la escuela, mi padre siempre nos leía la Biblia. En la tarde o la noche, mi padre siempre leía la Biblia.
La semilla, que mis padres sembraron en mi: Amar la Biblia, Leer la Biblia diariamente.
Foto del Desfile 1958
2 comentarios:
Felisidades ......me alegro mucho de su blog y de las cosas lindas que seguiran surgiendo y llegando aqui .Se que seran muy lindas.La quiere un Monton ,
Luna
Hola Damaris!! Felicidades por esta historia tan bonita, y por esta afición que muchas compartimos, pero, no por nada, no es público. Un beso. Amparito.
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